Como afectan los gritos?
¿Cómo afectan los gritos?
Los gritos pueden generar conductas depresivas y problemas de comportamiento. Diferentes estudios científicos han demostrado que los gritos dañan psicológicamente a los niños y que sus efectos podrían ser comparables con el castigo físico. Algo que confirman los expertos, muchos de ellos desde hace mucho.
¿Qué consecuencias tiene hablarse con gritos y groserías?
– Gritar les enseña a lidiar de forma errónea con sus emociones. Debemos ser el ejemplo de nuestros hijos. Cuando gritamos y perdemos la paciencia constantemente, esto implica que hay situaciones que nos desbordan. Es nuestra responsabilidad, por lo tanto, aprender a lidiar con nuestras emociones.
¿Que genera un grito?
Un grito, alarido, chillido (si es agudo e inarticulado) o vociferación es una vocalización ruidosa en la que el aire pasa a través de las cuerdas vocales con mayor fuerza que se utiliza en la vocalización ordinario o cierre a distancia.
¿Qué demuestra una persona que grita?
Si alguien te grita constantemente lo que hace es mostrar una tiranía emocional sobre ti. El objetivo de que alguien te grite es obtener una ventaja en la situación y los gritos son su medio desesperado para tener control sobre ti. Es realmente una forma de intimidación o acoso.
¿Por qué son malos los gritos?
Al respecto, las especialistas afirman que se debe tener en cuenta que los gritos generan malestar emocional, disparan los niveles de cortisol, que es la hormona relacionada con el estrés y, por lo tanto, no permite a las personas pensar claramente y buscar soluciones a los problemas.
¿Cómo evitar hablarse a gritos y groserias?
Pero ¿Cómo conseguimos dejar de gritar?
- Adquirir un compromiso.
- Nuestro trabajo como padres es controlar nuestras emociones.
- Recordar que los niños deben actuar como niños.
- Dejar de reunir leña.
- Ofrecer empatía cuando tu hijo expresa cualquier emoción.
- Trata con respeto a tu hijo.
- Cuando te enojas, STOP.
¿Que genera los gritos?
Por eso se generan diferentes sustancias en el cerebro, como cortisol, que es la hormona del estrés. Con lo cual, si solemos gritar, en el cerebro de nuestras hijas e hijos se libera una cantidad muy alta de cortisol que conlleva una desregulación emocional, activándose así un estado de alerta continuo.
