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Cual es la historia del raton de los dientes?

¿Cuál es la historia del raton de los dientes?

Es un personaje de leyenda popular. Cuando a un niño se le cae un diente lo pone bajo la almohada y mientras duerme este ratón se lo cambia por un regalo. En Palacio le pidieron que escribiera un cuento para el Rey Alfonso XIII, que entonces tenía 8 años, porque se le cayó un diente.

¿Qué hace el ratón de los dientes con los dientes?

Y si alguna vez te has preguntado ¿Qué hace el Ratoncito Pérez con todos los dientes que recoge? Ya tienes la solución: ¡un castillo!

¿Que se le dice al raton de los dientes?

Se le reconoce como «Ratón» o «Ratoncito Pérez» en los países hispanohablantes, con la excepción de algunas regiones de México, donde se le llama simplemente «el Ratón de los dientes».

¿Cuando llega el ratón de los dientes?

Desde entonces, niños con edades comprendidas entre los cinco y los 10/11 años, han repetido esta costumbre de depositar sus piezas dentales debajo de la almohada para ser “premiados” por este personaje con algún pequeño regalo o alguna moneda.

¿Quién inventó el ratón de los dientes?

Así mismo, existe otra versión y es que, en 1894 en España, al jesuita Luis Coloma le encargaron que escribiera un cuento para el futuro rey Alfonso XIII, que entonces tenía 8 años, se le había caído un diente, y para que no se sienta extraño o diferente, el escritor inventó la historia del “ratón de los dientes”.

¿Qué querían los ratones ancianos?

Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos…Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca. Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande.

¿Cómo podía ayudar a un ratones que confiaban en él?

El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él. Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vió cómo el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano.