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Por que no recibir la comunion en la mano?

¿Por qué no recibir la comunion en la mano?

50-51: “Por esto, decimos nuevamente: es teológicamente obligatorio negar la “Comunión en la mano”, porque constituye “sacrilegio”21 la dispersión y la consiguiente profanación de las Sagradas Especies, aun bajo la forma de pequeñísimos fragmentos, ¡pero que son también el Cuerpo santísimo de N. S. Jesucristo!

¿Qué dice el Vaticano de la comunión en la mano?

El papa recuerda que la Comunión se puede recibir en la mano o en la boca. El papa Francisco recordó hoy que los fieles pueden recibir la Comunión de pie o de rodillas y en la mano o directamente en la boca, durante su catequesis de hoy en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.

¿Cuáles son los requisitos para recibir la comunión?

PARA RECIBIR DIGNAMENTE LA SAGRADA COMUNIÓN

  1. – Estar en gracia de Dios.
  2. 3.- La observación del ayuno prescrito por la Iglesia.
  3. CONDICIONES PARA RECIBIR LA COMUNIÓN DIGNAMENTE.
  4. 1.- Estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica. Es decir, ser Católico.

¿Cuándo se comenzo a dar la comunion en la mano?

Los primeros países en aplicar el rito fueron Bélgica, Francia, Alemania y Holanda, a los que se sumaron, entre otros, Bolivia y Uruguay. La Iglesia chilena adoptó la modalidad en 1973 y tres años después se puso en práctica en Inglaterra, España y México, entre otros países.

¿Qué hacer cuando no se puede comulgar?

No se puede comulgar en estado de pecado grave. De aquí que la primera condición para poder comulgar es estar a paz y salvo con él; tener la conciencia limpia de pecado; comulgar con las alegrías y tristezas de los seres queridos y del pueblo de Dios.

¿Qué dice el Concilio Vaticano II sobre la comunión en la mano?

en el Vaticano II En los dieciseis documentos del Vaticano II, no hay ninguna mención de la Comunión en la mano, y no fue mencionada durante ninguno de los debates durante el Concilio.

¿Cuándo se comenzo a dar la comunión en la mano?

¿Que se dice cuando se va a comulgar?

No dejes que me separe jamás de ti. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. Tú no te ausentes de mí. Te suplico, oh Señor mío Jesucristo, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor, embargue toda mi alma, a fin de que muera de amor por Ti, a sí como Tú te dignaste morir de amor por mí».