Como puedo ver mi poliza de seguro?
¿Cómo puedo ver mi póliza de seguro?
¿Cómo saber el número de póliza del seguro?
- Consultando por teléfono a un agente comercial de la empresa de seguros contratada.
- En el área de clientes: es la manera más sencilla y rápida.
- En cualquier factura del banco, ya que está domiciliada.
¿Cómo saber si eres de Asisa?
Tu número de póliza figura en la parte inferior de tu tarjeta sanitaria, en concreto, en la última línea. Además, esta información está disponible en tu Área Privada, a la que puedes acceder desde la Web o la App de ASISA. Si aún no te has registrado, puedes darte de alta en este momento: sólo te llevará unos minutos.
¿Cómo descargar mi póliza de seguro popular?
Imprimir póliza del seguro popular fácil
- Descargarla a nuestro computador.
- Abrir la póliza con el programa que requiera.
- Hacer clic en Imprimir.
- Asegúrate de tener una impresora con tinta conectada a tu computador.
- Haz clic en “Imprimir” y listo.
¿Qué es el número de póliza de seguro?
Es la referencia numérica que cada entidad aseguradora asigna a cada contrato de seguro para identificarlo.
¿Cuáles son los números de póliza?
¿Qué es el número de póliza de tu seguro? El número de póliza es el identificador de tu seguro de coche dentro de tu aseguradora, algo así como tu DNI dentro de la misma.
¿Qué es la Orden de ASISA?
Es el documento facilitado por ASISA al tomador y que, una vez cumplimentado, contiene la solicitud formal de contratación de un seguro. La póliza no podrá emitirse hasta que ASISA haya aceptado dicha Solicitud.
¿Que no cubre el seguro médico?
Qué no cubre un seguro de salud: excepciones y límites Enfermedades preexistentes o consecuencias de accidentes previos. Cualquier situación clínica que surja como consecuencia de conflictos bélicos, actos terroristas o accidentes laborales. Interrupción voluntaria del embarazo. Intervenciones estéticas.
¿Qué enfermedades no cubren los seguros?
9 riesgos no cubiertos en un seguro de salud
- Enfermedades preexistentes.
- Los extractos (vacunas), en los tratamientos de inmunoterapia.
- Las prótesis (con excepciones)
- Los tratamientos de diálisis y hemodiálisis en afecciones renales crónicas.
- La hospitalización psiquiátrica, si no hay trastorno mental previo.
