Como dejar de gritar y pegar a mi hijo?
¿Cómo dejar de gritar y pegar a mi hijo?
Pero ¿Cómo conseguimos dejar de gritar?
- Adquirir un compromiso.
- Nuestro trabajo como padres es controlar nuestras emociones.
- Recordar que los niños deben actuar como niños.
- Dejar de reunir leña.
- Ofrecer empatía cuando tu hijo expresa cualquier emoción.
- Trata con respeto a tu hijo.
- Cuando te enojas, STOP.
¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando le gritas?
Por tanto, si estamos permanentemente gritando, «provocamos una liberación excesiva y permanente de cortisol sume al niño en un estado de estrés y alarma constante, en una situación de angustia que le impide pensar con claridad por lo que no obedece que es nuestro objetivo».
¿Por qué no pegar a los hijos?
La AAP aconseja que los padres y cuidadores no deben dar nalgadas o golpear a los niños. En lugar de enseñarles responsabilidad y auto control, los golpes (azotes) con frecuencia aumentan la agresividad y la ira en los niños.
¿Cuando los padres gritan a sus hijos?
Cuando los padres gritan a menudo lo hacen porque han perdido el control, y como resultado pueden realizar comentarios insultantes o hablar de forma agresiva. Esto puede tener consecuencias muy serias en la imagen de sí mismos que los niños se construyen en sus primeros años, según analizó la investigación.
¿Por qué los gritos afectan a tu hijo?
– En niños de corta edad alteran su sistema nervioso. – Tu hijo a prenderá que los gritos es un recurso eficaz, útil y válido en los conflictos. No es una buena idea a la hora de inculcar disciplina positiva.
¿Por qué pegar a los hijos de vez en cuando?
Algunos padres consideran que pegar a los hijos de vez en cuando es imprescindible para corregirlos. A otros, aunque están en contra de esa práctica, se les escapa la mano de forma involuntaria cuando la situación los sobrepasa.
¿Por qué usar los gritos en los niños?
Porque es sencillo de utilizar, rápido, no requiere de mucho desgaste intelectual, consigues atención y autoridad. Los especialistas en psicología de Psicoglobia aseguran que los padres de familia nunca deberían usar los gritos como un recurso educativo. Algunos de los perjuicios que provocas en los pequeños son:
