Que podemos hacer para sentir la paz de Dios?
¿Qué podemos hacer para sentir la paz de Dios?
4 maneras de encontrar paz para ti
- Céntrate en lo eterno. Es difícil sentirte en paz cuando te concentras únicamente en preocupaciones a corto plazo.
- Deja a un lado las cosas que no puedes controlar.
- Perdona a los demás.
- Arrepiéntete y confía en Cristo.
¿Que nos quiere decir Filipenses 4?
En lugar de cargar con todas nuestras preocupaciones por nosotros mismos, podemos darle nuestras preocupaciones a Él e incluso pedirle lo que necesitamos. Al hacer esto, disfrutaremos de la paz que Él nos prometió y seremos salvos de nuestras preocupaciones y nuestros afanes.
¿Cómo encontrar la paz en la Biblia?
Versículos Bíblicos sobre la Paz – Reina Valera Contemporánea (RVC).
- Job 25:2. El poder de Dios infunde temor; él hace la paz en las alturas de los cielos (Job 25:2).
- Proverbios 3:17. Sus caminos son un deleite, y en todas sus veredas hay paz (Pr 3:17).
- Ezequiel 34:25.
- Juan 16:33.
- Romanos 14:17.
- Gálatas 1:3.
- Colosenses 1:20.
¿Qué es la paz de Dios?
¿Qué es la paz de Dios? La paz de Dios no es mas que esto: el simple entendimiento de que Su Voluntad no tiene ningún opuesto. Ningún pensamiento que contradiga Su Voluntad puede ser verdadero. El contraste entre Su Voluntad y la tuya tan sólo daba la impresión de ser real.
¿Quién puede dejar de encontrar la paz de Dios?
Nadie que busque únicamente sus condiciones puede dejar de encontrarla. La paz de Dios no puede hacer acto de presencia allí donde hay ira, pues la ira niega forzosamente la existencia de la paz.
¿Qué es el Evangelio de la paz?
El mensaje con que Dios nos alcanzó y que debemos predicar es un “evangelio de paz.” · “ Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. ” ( Hechos 10:36, RVR60) · “ Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
¿Por qué no hay paz para los impíos?
La Biblia dice que no hay paz para los impíos ( Is. 57:21 ). Éramos enemigos de Dios, dirigiéndonos a una condenación eterna. Pero Cristo nos rescató, nos redimió.
